Niceexperience

De Phuket a Koh Phangan, al otro lado

30 marzo 2013 (por Hollywood)

¡Y yo que pensaba haberlo visto todo...! Al menos de Koh Phangan, y más abajo descubriréis la suerte que tuve de estar equivocado. Las imágenes no mienten y lo bueno... quiero decir, lo mejor, como siempre, se hará esperar. Antes os relato lo “fácil” que fue cruzar desde Phuket, en la costa de Andamán, hasta Koh Phangan, en el Golfo de Tailandia.
350 km. de distancia
Un buen hombre nos pasa a buscar a las ocho de la mañana en su coche (de copiloto su mujer, que no calló un segundo, parecía Luis Moya; mientras, su marido se limitaba a asentir con la cabeza de vez en cuando), nos deja en una gasolinera donde cambiamos a una minivan que atraviesa de costa a costa hasta Surat Thani. Una hora de espera y hacia las tres de la tarde, un bus enorme y colorido nos lleva al puerto; nueva espera, y un barco de la compañía Songserm zarpa rumbo a Koh Samui primero, y llegamos a las 18.30 a Koh Phangan, que nos recibe con uno de sus tradicionales atardeceres de postal.

Un taxi desde el puerto de Thongsala nos deja en Haad Rin, al sudeste de la isla (100 baht/persona). Termina la jornada de viaje por hoy, aunque nos queda un poco para llegar a nuestro ansiado destino final. Si por fácil entendemos todo esto, entonces sí, fue realmente fácil.
Este pack de minivan + bus + barco que reservamos en Phuket cuesta 700 baht por persona.
Nos hospedamos en el Sea Garden por 400 baht en una correcta habitación, la más barata. Cuando coincide con la Full Moon Party, su precio es de 600 baht. Por suerte, esta fiesta conocida mundialmente ya había pasado y toda la zona estaba más tranquila, aunque nunca pierde del todo su esencia.
A la mañana siguiente un bote por 200 baht cada uno nos lleva en diez minutos a HAAD YUAN, en la cara este de la isla. Hay gente valiente que se atreve a llegar en moto a esta zona por una carretera endiablada y peligrosa, pero la mayoría opta por uno de esos ruidosos botes, que por las noches doblan el precio del paseo.
Todo este viaje maratoniano mereció la pena desde el primer segundo que pisamos la arena de Haad Yuan y con estas fotos entenderéis el por qué.



Bamboo Hut iluminado, al fondo barcos faenando



Aquí nos encontramos con un fantástico grupo de amig@s israelís de Carol y una pareja alemana. Con tod@s ell@s disfrutamos de unos días inolvidables donde hubo tiempo para todo: sol, playa, fiesta, yoga, billar, comida exquisita, sesiones fotográficas, grabaciones, relax...

Buenas partidas al billar con Ronen

Por supuesto, la lila rayada acabó dentro. Al fondo una de las pantallas donde cada noche hay doble sesión de cine.

Leyendo lo bien que le trata la vida a Michael Caine




El equipo casi al completo


Los desayunos en el Bamboo Hut eran espectaculares, casi tanto como sus vistas
La ausencia de carreteras contribuye al ambiente relajado que se vive en esta zona paradisíaca. Colina arriba, colina abajo atravesando la selva se llega a las playas de Haad Tien y Why Nam.
Camino de Haad Tien

Lugar de entrenamiento de Muay Thai yendo hacia Haad Tien

Haad Tien

Por la jungla para llegar a Why Nam

Why Nam Beach

En esta última, Carol acude a clase de yoga cada mañana con sus profesores Kirsten y Mitchell (http://ashtangasphere.com/), sobre una plataforma considerada como uno de los mejores lugares del mundo para la práctica.


Vistas desde la plataforma


Aunque hay un par de lujosos resorts, predomina el estilo hippie y mochilero por estas tres playas. En nuesto blog RECOMENDACIONES, os informaremos con más detalle dónde nos hemos alojado.






Sesión de peluquería


Han sido unos días de ensueño que lamentablemente han llegado a su fin, y cuesta despertar y abandonar este pedazo de cielo en La Tierra, más aún cuando sobre nuestra mente planea el pack barco + bus + minivan de vuelta a Phuket... pero nos quedamos con grandes recuerdos.








6.47 am, amanece sobre Haad Yuan




“La belleza, como el dolor, hace sufrir.”

-- Thomas Mann --